Crónica «Rock ‘n’ Roll Madrid Maratón 2015»


El pasado fin de semana se ha celebrado la «Rock ‘n’ Roll Madrid Maratón 2015», y esta ha sido mi segunda participación en la maratón de Madrid, la anterior fue en el 2013, no pudiendo completarla por problemas físicos. Así que en esta ocasión, tocaba acabarla y quitarme la espinita de la participación anterior.




El sábado recogí mi dorsal y camiseta de la prueba, así como dejamos nuestro nombre escrito en el panel que puso Adidas, para recoger los mensajes de los participantes.

Ya el domingo, llegada a la salida unos 20 minutos antes del inicio, sin apenas haber estirado o calentado. Al final de la crónica explicaré el motivo.


Son las 9:00h y parece que ya han dado la señal de salida, y digo parece porque no la he escuchado. Así que la gente empieza a avanzar caminando, imposible el correr con la cantidad de corredores. por lo que tardo unos 3 o 4 minutos en cruzar el arco de salida y poder ponerme a correr.
La salida es lenta, ya que es muy difícil avanzar y ponerse a correr debido a la cantidad de gente. El tema de juntar la salida de ambas distancias, media maratón y maratón, no ayuda a que la cosa sea más fluida. Así que resignación y esperar a que se despeje el asfalto.
Como bien decían las previsiones del tiempo, el día iba a ser lluvioso. Pero de inicio la lluvia menuda que caía, no era molesta. Sí lo eran los charcos que íbamos encontrando, los cuales mirábamos de esquivar. Alguno miraba el charco y no la gente que tenía al lado, por lo que los tropiezos eran frecuentes. Otro inconveniente eran las alcantarillas y rejas de ventilación del metro que habían en el asfalto, que se convertían en pistas de patinaje.
Volviendo a la carrera, pasados unos kilómetros me encuentro algo más cómodo con mi ritmo de carrera, tras adelantar a varios corredores. Pudiendo correr a un ritmo algo más alegre, y similar al que tenía pensado llevar en la prueba.
Todo pintaba bien, y parecía que esta vez podría acabar la carrera sin problemas. Pero no, mi rodilla derecha muestra molestias, que no me hacen parar pero que me hacen estar atento y cuidarla un poco. Así que miro de olvidarme del dolor.
Para esto pienso en el recorrido y en los sitios que faltan por cruzar, así como recordar en los avituallamientos donde debo tomarme los geles. Esto me ayuda, pero el dolor se hace más fuerte, por lo que empiezo a apoyar un poco más en la pierna izquierda. Mirando de liberar tensión en la derecha.
Entre el kilómetro 18 y 20 se pasa por la calle Preciados y por la Puerta del Sol, repleta de gente animando y gritando. Increíble la sensación y se nota como los ánimos ayudan a continuar corriendo. Allí en la Puerta del Sol están mis familiares, a los cuales saludo al pasar junto a ellos.
Rumbo a la Casa de Campo, donde a diferencia de lo dicho en el párrafo anterior, apenas hay gente animando. Pero esto no es problema, lo que me preocupa es mi pierna, la que todavía continúa doliendo. Lo de apoyar un poco más en la pierna izquierda ha dejado de funcionar, y el dolor se hace más acentuado.
Dejando aparte las molestias, los kilómetros van pasando y la meta está más cerca. En la maratón no se debe descuidar la hidratación, y pese a la lluvia que va cayendo hay que seguir bebiendo, ya que no nos damos cuenta pero estamos perdiendo líquido. Por lo que hay que beber agua e isotónico, para recuperar líquido y sales.
Llegado al kilómetro 30, empieza la parte temida por los corredores, «el muro» puede aparecer en cualquier momento. Pero si hemos hecho bien los deberes durante la carrera, hidratación y alimentación no deberíamos sufrirlo. En mi caso me encontraba bien de fuerzas, físicamente tenía la molestia en la rodilla derecha, pero el resto estaba bajo control. Así que me digo que esta vez no se me escapa la medalla de finisher, que me la rodilla no me va a dejar tirado y que voy a acabar los 42,195 km de esta maratón. Y que van a ser 12 km más después de correr 30, pues nada ¿verdad?.
La lluvia aprieta cada vez más, pero me da igual, lo tengo claro y voy a acabar la prueba. Adelanto a algunos participantes que se han puesto a caminar por falta de fuerzas para correr, o por alguna molestia. Miro de animarlos con algún aplauso y grito de ánimos, incluso veo una chica que va corriendo y llorando diciéndose «no voy a poder, no voy a poder». A la que le digo «venga! que sí puedes, que ya tienes ahí la meta». Esto pasaba entre el 38 y el 39.
Llegado el kilómetro 41, empiezo a pensar en la llegada y en llegar al Parque del Retiro, donde está situada la meta. A la entrada del parque empiezo a apretar y apretar, no recuerdo a que ritmo me puse, adelantando varios corredores. Pensaba que la meta estaba más cerca, por lo que se hace bastante largo el final.
Finalmente veo el arco de meta, la rodilla duele pero me es igual, ya estoy cerca y que llueva lo que quiera. Esta maratón por fin la acabo, y la acabo con un grito de rabia al cruzar la linea final. ¡Síiiii!
Mi previsión de tiempo era entre las 3:30 y las 4:00, al final he hecho 3h18’22». Quedando el 1405 de unos 12000 participantes en la maratón. Muy contento con el resultado, con un tiempo que no esperaba hacer, disgustado por las molestias físicas que no esperaba tener. Pero lo mejor ha sido el ser capaz de plantarle cara a un inconveniente, y seguir tirando.


Y comentada la que ha sido mi participación en la maratón de Madrid 2015, voy a comentar algunos aspectos de la carrera a mejorar. La primera es la recogida de dorsales. Esta se podía hacer el viernes 24 y el sábado 25, en mi caso fui el sábado a las 11:30h. Fue llegar al lugar de recogida, situado en la Casa de Campo, y ver una cola enorme de gente, que parecía no tener fin. Tardé 1hora 30 minutos, en entrar al pabellón, algo increíble y que no me había pasado en ninguna carrera. Parece ser que un excesivo control en el aforo del pabellón era el problema, lo que estaba provocando que algunos tardasen más de 2 horas en recoger su dorsal.
En segundo lugar, la organización recomendaba el uso del transporte público, y esa fue mi opción. Pensando que el servicio estaría preparado con trenes especiales, o con menor frecuencia entre trenes. Pero parece que no fue así, ya que tardaban y los que venían lo hacían llenos. Creo que algunos corredores de la distancia de 10 km no tomaron la salida, debido a este inconveniente. De ahí que llegase con el tiempo justo a la salida, únicamente 20 minutos en los que apenas pude estorar y calentar.
Y tercero, el referente a los avituallamientos, algo caóticos sobretodo los situados al inicio del recorrido. Donde el primero de todos estrechaba el paso, y algún corredor se encontró de golpe con las mesas repletas de botellas.

Y esto ha sido todo, lástima de la lluvia que deslucía el día, y disfrutar lo que se merece una prueba como una maratón.


por @milem_tw






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