Sábado, cerca de las 20:00, a una hora del inicio de la carrera, una hora atípica para realizar una prueba así, el cielo nos acompañaba, la temperatura también. Las brasas de las paellas de la fideua estaban a pleno fogón, y los cocineros con esmero preparando la comida para que los runners una vez terminara la carrera. La sexta Cursa Nocturna de l’Hospitalet, la fiesta del deporte de la ciudad estaba preparada para arrancar, solo faltaba que muchos dejáramos las cosas en el guardarropas, y realizáramos los ejercicios de calentamiento.
El cielo empezaba a oscurecer a medida que el sol se despedía de esta tarde primaveral, mientras los corredores comenzábamos a ocupar nuestros respectivos cajones.
Corredores de la prueba de 5k y 10k juntos, cosa que iba hacer que la carrera se lance muy rápido, siempre piensas que los corredores que tienes al lado van hacer el mismo recorrido que tú, pero en está carrera no te puedes confiar, si vas a la prueba de 10k vas acabar un poco asfixiado si sigues el ritmo con un corredor que el kilómetro cinco para a su crono.
Se acercaba la hora, imágenes de los corredores en primera línea de la prueba aparecían en la pantalla que nos quedaba a mano derecha, mientras un dron equipo con cámara nos sobrevolaba reproduciendo también las imágenes desde la altitud. El tiempo de salida se acercaba, un paso adelante, era momento de unir cajones, y empezar la cuentas atrás. Arranca la carrera, muy fuerte, una curva la del principio que tienes que tomarla con mucho cuidado de no tropezarte con otros corredores, es una estampida de runners. Crono encendido, vamos!! corremos los primeros metros con cuidado, y una vez la superas todo es mas sencillo, coger el ritmo y avanzar, aunque el ritmo en los primeros tramos es muy rápido, pasamos por rotondas intentando respetar a los corredores que van por el interior.
Llegamos a una rotonda en la cual efectuamos el cambio de sentido, y te cruzas con los corredores de los cajones posteriores, entonces te das cuenta que el número de participantes es muy elevado, no para de pasar gente. Corremos dirección Barcelona, cruzamos al otro lado de la granvía, es el turno de tomar las calles de la ciudad, con público en ella animándonos. Sobrepasamos los cuatro kilómetros cuando volvemos de nuevo a la Granvía de l’hospitalet, es turno de separarnos de los corredores de 5k, ellos corren hacia la izquierda, mientras nosotros continuamos la vía, recto, allí recibimos el avituallamiento un 6 metros después de la bifurcación, y continuamos hasta cruzar el puente. Mientras los corredores de 5k acaban su participación en la Plaça Europa.
Ahora sabiendo que los corredores que estamos vamos todos a diez kilómetros la carrera se toma de una manera diferente, ha sido una primera parte rápida, ahora toca aguantar lo máximo posible el ritmo. Volvemos a cruzar tramos que habíamos realizado en los primeros kilómetros, animación de tambores en algunos puntos, pero por el polígono la unica compañía que tienes es la de los mismo corredores, al estar cerca de los siete kilómetros es fácil ver claros entre la unión de los corredores. Yo mismo a veces me quedo colgado y no consigo enlazar con el grupo delantero, cuando un corredor desde atrás me adelanta e intenta enlazar con ellos intento seguir su ritmo para poder llegar a ese grupo. Es difícil pensar en guardar fuerzas para el día siguiente que tengo otra carrera, en ese momento y puesto en esa situación quieres hacer lo mejor posible, la cabeza no esta para pensar en mañana.
Estamos en los últimos metros de la carrera, de nuevo la granvía, aquí si hay animación del público de ambos lados, es un ambiente muy diferente, nos enfrentamos a un último giro y se ve el arco de meta, un sprint final para algunos, otros pensamos en acabar al mismo ritmo, piso alfombra y hay comienza el intento de recuperar lo máximo posible para la siguiente carrera, en menos de doce horas.
Una vez la carrera finalizada, hacemos cola para disfrutar de la «fideua party», mientras avanzamos por ella la carrera nos da una bolsa bastante generosa de regalos, el problema, es que estuvimos demasiado tiempo esperando allí, aproximadamente unos 35 minutos, y lo peor es que empezaba a refrescar, cosa que si no podías cambiarte todavía después de la carrera… Ahora eso sí, la espera valió la pena, estaba riquísima, pero creo que se debería realizar de otra forma la parte de la fiesta.
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